Creo que apenas comienzo a tomarle el ritmo, pero como dicen, ser puta es como bailar, cuestión de agarrar el ritmo, todo lleva un ritmo, las gotas de lluvia golpeando al suelo, la brisa, incluso hasta el abismo entre canción y canción, solo tenemos que tomarle el ritmo, como al sexo, como a las risas y como a los suspiros, solo quiero adivinarlo, o mas bien, encontrarlo, un efecto o una causa perdida, pero también creo que esto esta perdiendo el ritmo, los movimientos se tornaron lentos y pausados, las palabras fluyen como la transpiración, fria y cautelosa, el ambiente se llena de humo, de preguntas y tecnisismos, una confusión que empieza a perderse en línea y donde yo me he perdido antes, como hoy, me perdí en el latido de un corazón, en la risa fingida, en el llanto sincero y en la voz al otro lado del telefono, no supe que hacer, eventualmente pierdo la linea, la pista, el sentido de las manecillas, el camino se torna violetaceo y lo semaforos se pintan de rojo, es rojo que alguna vez senti tan familiar, que me torturaba en silencio y ventaja, ya se me olvido, como todo aquello que he aprendido a olvidar, su voz, sus caricias, sus besos tormentosos, un apretón de mano crudo, pero ahora empiezo a recordar, el sabor a cigarrillo de sus besos, a caramelo y sexo de su aliento, el aroma de su loción al alejarse, busco algo que me deje continuar, en technicolor, en una sintonia ajena o robada, el ecleticismo de su plática un tanto grosera y vulgar, ruda, fuerte, como sus manos, como su voz, rasposa, caliente, dentro de esa camisa, esa tortura muy personal y culposa, dentro de ese orgasmo sensorial, algo que no pueda perder.

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